Está visto que un niño acostumbrado a escuchar historias se acerca con más facilidad a la lectura, por ello, Ángeles Gaos convencida de que las narraciones y el arte entran por los ojos, nuevamente logran un acercamiento a la literatura por medio del arte, usando el recurso de su libro anterior donde a partir de unas pinturas, como una de las grandes manifestaciones artísticas, teje una serie de cuentos para entretener y despertar la imaginación de su nieto, que puede ser cualquier niño, que despierta sus fantasías mediante la literatura. En este nuevo libro la autora recurre al pintor colombiano, Fernando Botero, y al mexicano, Rodolfo Morales, y eso implica un doble compromiso, primero es seleccionar el cuadro que puede ser transformado en cuanto y después lograr una narración que interese al lector que cada vez es más exigente, más ahora en tiempos de tanta tecnología que poco a poco va ahogando la creación junto a su fantasía. Pero la autora va más allá al hablar, por ejemplo, en uno de sus cuentos del gran Alejandro Magno, partiendo de la historia de un caballo que lleva por nombre Bucéfalo, en otros relata la pobreza que muchos niños están lejos de conocer, como es el caso del cuento de la señorita que desea celebrar sus XV años, pero los recursos de su madre no lo permiten, pero que, sin embargo, se le cumple su sueño. El problema de una narración corta es cómo terminar la historia en pocas páginas, salvo que se posea la maestría de Monterroso, porque en un cuento la exigencia es mayor que en la novela donde el espacio permite más. El otro reto es cómo mantener al lector en suspenso a modo de no abandonar la lectura, para ello Gaos recurre a la fantasía, la magia, la nostalgia, pero sin hacer a un lado la realidad. La abuela va tejiendo historias o sueños a partir de la selección espontanea de un cuadro de los pintores mencionados, con lo cual logra que Renato, el niño que muchos desearíamos ser, motive su propia inventiva e imaginación. Lo importante de los cuentos para niños es que el autor, siendo un adulto, logré atrapar al niño lector y creo que este libro logra su cometido.
